La ciencia de la meditación

La ciencia de la meditación

La ciencia viene investigando los efectos beneficiosos para la salud física y mental de la meditación desde hace más de 40 años. Sin embargo, en los últimos cinco años ha habido una explosión de investigaciones y publicaciones acerca de los efectos positivos de la práctica de la meditación sobre la regulación cognitiva y emocional, entre otras muchas cosas.

La Escuela de Meditación de Baraka se apoya tanto en los textos tradicionales como en las últimas investigaciones científicas, para ofrecer una enseñanza laica y no dogmática orientada al bienestar psicológico y el desarrollo personal.

La Escuela ofrece un trato personalizado que no solo incluye la clase semanal sino la posibilidad de venir a practicar de manera gratuita dos días a la semana y un domingo por la mañana al mes. Los profesores orientan y proporcionan lecturas adecuadas al momento de cada persona que, además, disfruta de importantes descuentos en los retiros de fin de semana y de semana que se realizan cada trimestre.

La literatura científica señala que los beneficios de la práctica de la meditación se derivan de 4 mecanismos:

  1. a) regulación de la atención
  2. b) conciencia corporal
  3. c) regulación emocional
  4. d) cambio en la perspectiva del “yo”.

La regulación de la atención es uno de los componentes básicos de muchas técnicas de meditación. Empieza poniendo un punto de referencia como la respiración al que se vuelve siempre que uno descubre que la atención se ha desviado. Se cultiva la atención sostenida sobre el objeto escogido, pero si aparecen otros fenómenos como sensaciones, emociones, pensamientos o imágenes, no se reacciona cambiando violentamente el foco de la atención, sino que se observa lo que ha surgido hasta que cambie o desaparezca, sin opinar, juzgar o involucrarse con el nuevo fenómeno. Esa actitud no reactiva es la mejor cualidad de la mente meditativa. Al no dar pie a los comentarios o verbalizaciones internos, se escucha con mayor volumen la experiencia del cuerpo, las sensaciones físicas y, con ello, los patrones físicos de las emociones. Las emociones destructivas están relacionadas con el monólogo autorreferencial y “ausentarse” del cuerpo. Por último, el cambio en la perspectiva de uno mismo es el desarrollo de la capacidad de observar las sensaciones, emociones y pensamientos que antes creía que eran realidades, como actividades en marcha del organismo, un organismo que está condicionado por todos los hábitos y patrones desarrollados a lo largo de la vida. La desautomatización de todas esas reacciones, patrones y hábitos proporciona satisfacción y un sentido de libertad que nos invita a la amabilidad, la alegría y el altruismo.

La práctica de la Meditación previene el malestar, desarrolla la conciencia del momento presente y empuja el desarrollo evolutivo de los seres humanos y de la especie.

Fernando Rodríguez Bornaetxea

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